miércoles, 24 de diciembre de 2014

Ruta #12: Ver un amanecer desde la montaña


Cuando la montaña duerme está oscura y en silencio.  Una leve brisa golpea las hojas y las luces de la ciudad titilan a lo lejos. Las ráfagas de viento que crean los carros  en su andar apresurado y el roce de sus ruedas con el pavimento de la avenida Boyacá suenan como el vaivén de las olas del mar. Tus sentidos se afinan pero aun necesitas de la ayuda de tu linterna, porque apenas son las cuatro de la mañana y la montaña aun duerme.
Empiezas a subir. Avanzas y tu frente, brazos, pecho, vientre, piernas sudan frío aunque te sientes cálido por dentro, porque la emoción genera cobijo.
Cuando la montaña duerme cuidas cada uno de tus pasos, el suelo es más suave y un tropezón con alguna piedra te pone en alerta. De tanto en tanto te tambaleas y extiendes tus brazos, porque en la oscuridad la montaña puede ser una cuerda floja y tu un equilibrista...

viernes, 12 de diciembre de 2014

Ruta #11: Ascenso al Pico Naiguatá

El 15 y 16 de noviembre estuve en el Pico Naiguatá, el más elevado de la Cordillera de la Costa (2765 msnm). Una cima espiritual ubicada entre los estados Miranda y Vargas, en el sector centro-occidental del Parque Nacional El Ávila al norte de la ciudad de Caracas, Venezuela.
Para hacer esta ruta contacté a la gente del Centro Excursionista de Caracas (CEC). Y aunque al principio estuve a punto de rendirme, porque necesitaba hacer varias rutas con ellos antes del Naiguatá, un amigo me motivó a resistir, principalmente porque desde hace un año (y ya varios meses) me había estado preparando para este ascenso.
Para mí el Naiguatá fue liberarme de mis miedos y lanzarme a la aventura, esa que no se toca, que solo se siente con cada gota de sudor derramada y el gozo en el alma. Con esta ruta descubrí que en la montaña estaban muchas de mis respuestas, porque Dios está en las alturas. Una lectura que me regalaron antes de subir fue mi guía, por eso compartiré con ustedes algunos fragmentos.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Querepare: un mar de tortugas

Al llegar a la orilla de la playa la encontramos echada mirando hacia los manglares. Uno de los muchachos de Cictmar, acostado a escasos centímetros de distancia, justo detrás de ella, sostenía una bolsa marrón introducida perfectamente en el nido que cavó el animal. En completo trance ella desovaba uno a uno los huevos, mientras él se aseguraba de que éstos cayeran en el plástico. Ella continuó sin percatarse que había ocho personas, cinco visitantes  y tres miembros de Centro de Investigación y Conservación de Tortugas Marinas (Cictmar). La escena evocaba una sala de parto.
            De vez en cuando otro de los asistentes de Cictmar alumbraba con una luz roja para poder observar el proceso. Uno de ellos señaló la placa o marca colocada en una de las aletas posteriores del reptil. Una especie de cédula de identidad, enviada desde Barbados, con un serial que indica que ella ha estado aquí antes, que esta tortuga marina fue marcada cuando desovó por primera vez en Querepare.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Ruta #10: Encendido de la Cruz del Ávila (tras bastidores)

Una foto de un grupo debajo de la Cruz del Ávila encendida fue el activador para que, desde julio de este año, esta idea se fijara en mi cabeza. Para dejar por sentado mi sueño lo escribí en mi lista de deseos cumpleañeros. Me deleitaba imaginándome en este lugar y anticipando todo lo que sentiría al presenciar tan cerca esta cruz que siempre veía desde la distancia, algún día de diciembre, y que ya cumple 51 años alumbrando mi montaña favorita y robando nuestras miradas.