martes, 24 de noviembre de 2015

Ruta #17: De Macuto a Cotiza

La ruta Macuto-San José de Galipán-Boca de Tigre-Clavelitos- Cotiza es extrema, especialmente por los tipos de clima que enfrentas y porque todo el camino es de concreto. El domingo 22 de noviembre mis compañeros del curso de baja y media montaña del Centro de Excursionismo y Conservacionismo de la Escuela de Biología de la UCV (Cecobio) y yo la hicimos.
Nos encontramos a las 7:30 am en la estación del metro Capitolio y de ahí agarramos una camionetica hasta Macuto (200 bolívares el pasaje). Esta gente de montaña se coló entre los playeros y un reggaetón estridente que nos acompañó durante todo el camino. Nos quedamos justo en la parada con un letrero que decía: Jardín de Las Piedras Marinas Soñadoras, y que conducía hasta Galipán, por una carretera de concreto similar a la de Cotiza. Tomamos la respectiva foto de grupo y arrancamos. Lo que vendría aun me arde en la piel.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Conversaciones de vagón: “Vamos a hacerle un entierro Pakistán”


Chacaíto.
“Aló… Bien marica… Mal… Anoche escogimos la urna. No le compramos de las que se abren así [hace un gesto como para abrir una puerta], sino una que se desliza tipo slider [sonríe y levanta más la voz], nos salió en 90 millones. Si… Le vamos a comprar como 30 coronas… Vamos a hacerle un entierro Pakistán. Sabes que a él le gustaba todo Pakistán… A él le gustaba la rumba. Todos los riales que tenía prácticamente se los vamos a gastar en el entierro”.
Plaza Venezuela.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Ocema y el canto yukpa




Adriana y sus morochas nos habían preparado algo. Todos nos sentamos a esperarlas. De pronto salieron de su casa vestidas con trajes típicos cantando en yukpa y pese a que no entendía nada aquellos sonidos me transmitían una profunda tristeza, porque nos estábamos despidiendo de Ipika, una comunidad en la parte alta de la Sierra de Perijá en el estado Zulia, a la que habíamos llegado desde la misión Los Ángeles del Tukuko tras cuatro horas de caminata. Grabé solo unos segundos y no pude más, apagué la cámara y me senté al frente solo a mirar. Una de las niñas se acercó con una danza leve hasta Eumary y le colocó el collar que durante el canto traía puesto. Luego la otra morocha se puso al frente de mí, se agachó y me puso su collar. Me sentí elegida y no pude contener las ganas de llorar. Ellas nos cantaron el mismo día en que Ocema pasó por Ipika en forma de temblor. Ellas nos cantaron y yo agradecí inmensamente haber acompañado a mis compañeros del Campamento Pazando aquel marzo de 2015, una experiencia de trabajo impulsada por la Dirección de Identidad y Misión UCAB que nos cambió la vida. Gracias infinitas a mi querido fray Nelson Sandoval y a los niños y niñas de la misión.

Haz click para leer el reportaje completo: Excursiones misioneras: Los Ángeles del Tukuko.