jueves, 9 de octubre de 2014

Conversaciones de vagón: Prostitutas

"Praga es la capital de la prostitución", dijo el hombre que estaba junto a mi en el vagón del metro. Voltee y no estaba borracho, realmente se estaba dirigiendo a mi. Y prosiguió: "Yo tengo un amigo que tiene un consultorio y ellas van cada quince días a hacerse sus chequeos, tu sabes, las muestras de sangre y moco cervical". ¿Allá en Praga?, le pregunté. "No, aquí en Venezuela. Aquí eso está muy controlado", respondió.

Me continuó contando que esa profesión era muy antigua, que el no le veía nada de malo, pero "tu sabes como es la gente". Que los que trabajaban en la avenida Libertador, en Caracas, eran diferentes, "porque a veces los matan como a perros y los dejan ahí tirados". Por momentos me sentí un poco incómoda. Verán en el metro yo he hablado con abuelas sobre sus males, con un señor ebrio que tenía un carrito de perros calientes y me estaba invitando a su puestico, le temo a los grupos de colegiales que empiezan a chalequear y a los tipos que tienen tips nervioso-tocón en su mano; todo me ha tocado menos hablar de prostitución.

Al cabo de unos segundos logramos un diálogo bastante fluido donde cada uno exponía su punto de vista. Los dos nos quedamos en la misma estación y nos despedimos. Les cuento esto porque a veces pensamos que cuando estamos hablando en el metro nadie nos escucha, y resulta que minutos antes

estaba conversando con unas compañeras de clase porque una de ellas tenía que elegir un tema controversial para un debate. Lo que no sabía es que apenas ellas se bajaran el hombre que tenía al lado soltaría: "Praga es la capital de la prostitución".

No hay comentarios: