martes, 2 de agosto de 2016

Detrás de la puerta de Medatia



Detrás de la puerta de Medatia aún se guardan los recuerdos de una de las etapas más bonitas de mi vida: el teatro. Por eso cuando fui a San Rafael de Mucuchíes en diciembre no pude dejar de tomarme una foto en este hermoso lugar ubicado justo al frente de la Capilla de Piedras de Juan Félix Sánchez. Quise entrar pero Luz Marina estaba lejos, haciendo una cola de tiempo indefinido para conseguir el gas. Así que Ignacio Murga me tomó una foto afuera para recordar: la primera vez que hice bollitos para veinte de personas y se me pegaron todos, la primera vez que me bañé con agua que parecía cubos de hielo, la primera vez que para hacer número dos todo el mundo se enteraba porque el llavero tenía un palo negro gigante, la primera vez que entre un montón de gente destapamos un baño con Kool-Aid o cuanta cosa encontramos, la primera vez que tejí la mitad de una bufanda, la primera vez que comí pastelitos de trucha, la primera vez que me acosté en una calzada (pasando frío) para ver la lluvia de estrellas fugaces que corren por el cielo del páramo, la primera vez que comí arepas andinas y suero, la primera vez que escuché “venga y tómese un calentaito profesora”, la primera vez que pinté una reja de azul cobalto, la primera vez que me celebraron un cumpleaños en Mérida, la primera vez que me inventaron una canción (Minerviiitaaaa), la primera vez que estuve frente a una laguna, la primera vez que pedí una cola, la primera vez que nombré Mitivivó, El Vergel, Apartaderos, La Toma, Mucuchíes, Gavidia…, la primera vez que monté obras de teatro junto a nuestros queridos niños del páramo, la primera vez que sentí que tenía una segunda familia… Y otras tantas primeras veces que aun guardo en mi corazón. Tantos agostos que pasamos metidos entre teatro, frailejones y magia. Sin duda, ayer inició el mejor mes del año.


San Rafael de Mucuchíes, Mérida. Venezuela.
2 de agosto de 2016

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