jueves, 22 de agosto de 2019

Amazonía



“El vientre barre cenizas de susto”
(Humberto Ak’abal. Poeta Maya. Guatemala)

Amazonía es tu cuerpo botín de guerra. Hoy tus brazos mutilados arden en llamas hasta olvidar que fueron árboles milenarios. ¿Cuánta poesía se pierde en tus hojas derramadas? Libro verde. Casa habitada. Cualquiera que viva en tus venas de agua se vuelve pájaro, tigre, palmera, indígena, campesino, ribereño, sueño, mito. Tú sientes cuando el foráneo te lame, saquea, manosea. Minero, cauchero, maderero, traficante, presidente, violador, mal espíritu, enfermedad. Ahogados de espanto huyen animales imposibles, mueren especies desconocidas, arde la humanidad. No hay refugio. Tu vientre se seca, sus paredes son color sangre. Tú, Amazonía, que te supones vital para contrarrestar el calentamiento global. Amazonía Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Guayana Francesa, Guyana, Surinam. No importa tu apellido. Amazonía saqueada por la izquierda y la derecha. El humo oscuro se ve desde el espacio y abajo los ojos ciegos ya no encuentran más constelaciones ancestrales. ¿Cuántas lluvias para anegar tu dolor? El día del fuego se extiende. El crimen existe. Arde América Latina y no basta rezar. Hay que restregarse la tierra entre las manos, descender hasta el fondo donde reina el silencio verde: la madre universal.
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Foto: Araquém Alcántara. 



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