¿Cuál es el sentido de la existencia: una camioneta último modelo, llevar a la familia a comer parrilla en Galipán?
¿Quién
es el verdugo en la nueva cárcel?
¿Cuánto
cuesta mantener la pobreza espiritual?
¿Qué
sientes cuando lanzas los dados sobre la mesa del casino mientras en las
láminas de zinc caen las balas?
¿Cómo
sabe el trago que tomas con la sed ajena?
¿Qué
murmura la foto de la abuela junto a la tarjeta del banco?
¿Qué alumbran las luces de navidad en la estación del teleférico?
¿Quién
conduce la caravana blindada?
¿Quién
vive tras los muros de la nueva mansión con nuevos habitantes?
¿Cuánto
duelen los mordiscos de las retroexcavadoras, la bota pisando la boca, el
hierro perforando la piedra, el motocross flagelando la tierra?
¿Estaba
rico el sándwich de pernil? “¡Qué lástima! De lo que se pierden los que comen
de la basura”.
Cuando
juntas tus manos, ¿llueven los dólares del cielo o de las fosas, tu cartera?
¿Para
quién es la cruz que alumbra en lo alto de la montaña, su encendido precoz?
No
puedo creer que no exista otro mundo distinto
a
este círculo de pilares dorados
cercando
la vida
con
su lógica enferma.
Desearía
tener la lengua de la mantis religiosa
hurgar
tu fondo vacío y que me agradezcas.
Ya
sé que te asusto con torpeza, pero
los
amigos me han preguntado
¿qué
pasa en nuestra ciudad?
y
a veces tengo miedo
de
que “seamos felices”
adentro
de este libro de psiquiatría
(más
miedo me da este tono de jueza)
Quiero
desvestirme del panfleto arrugado
que
cubre mi cuerpo
mirar
con misericordia
a
los que no la tienen
esquivar
esta rabia que me agota
¿acaso
la fe no mueve montañas?
pero
no se trata de la montaña.
#poema
#poesía #extractivismourbano
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