lunes, 5 de abril de 2021

Marzo 2021

                                      

Hace siete meses mi mamá se fue y yo voy más lento. El duelo se sienta conmigo a meditar, comer, escribir, leer, recortar, pegar. Cuando camino va detrás de mí como una hoja seca dando vueltas. Si intentara arrancarlo, pronto desarrollaría el síndrome del miembro fantasma, porque una mano cortada no deja de ser mano. Si intentara esconderme, vendría sigilosamente con su dedo índice tocaría mi hombro y gritaría llenándome de saliva: “ERE”. Yo quedaría paralizada para siempre, porque soy la única que juega este juego, porque no hay nada que pueda tocarme para volver a correr.