Reencontrarnos con la Laguna La Coromoto es reencontrarnos con un origen perpetuo, con un espacio detenido en el tiempo que aún así se transforma con cada onda de agua que moviliza el viento. Rodeada de muros boscosos que delimitan el aquí y el ahora.
Sentir la brisa gélida y la llovizna en nuestros cuerpos es volver a nacer, renovar el recuerdo de aquella vez, potenciar la conexión.
Mirar las aves sobrevolar la niebla es saber que aún con la sombra podemos lanzarnos a la aventura de volver a confiar, porque todo se resume en una palabra: sincronicidad.