Existen tres cosas que día a día me
aportan una dosis de amargura: el metro, las motos y los hombres “piroperos”- trogloditas- falta de
respeto. En cualquiera de los tres casos es muy difícil no pasar rabia y perder
el control. Por ejemplo: “Dejar salir es entrar más rápido”, que se traduce en
(si estás adentro del vagón) prepárate y pon tus codos en posición de ataque
porque absolutamente nadie te va a dejar salir, y menos si lo intentas a las
6:30am, tratando de bajarte en Palo Verde. Hoy no me reconocí, golpee a un
montón de gente para poder salir, y lamentablemente me sentí muy bien al
hacerlo. Es increíble que siempre deba llegar con un moretón o un rasguño a
causa de la cantidad de personas salvajes que diariamente toman el metro. En
este momento debería escribir la frase, políticamente correcta, de que no es la
mayoría. Pero señores, si es la mayoría, y de vez en vez uno se convierte en
uno de ellos para poder defenderse.
Otro ejemplo: las motos. E inmediatamente
viene a mi mente la imagen de un montón de moscas, que se meten por todos
lados, se le lanzan a la gente, las atropellan y encima les reclaman. Todos,
sin excepción, incluye policías y guardia nacional, quebrantan la ley, y uno
debe esperar un montón de minutos para poder cruzar una calle “sano y salvo”,
cada vez que los miro es inevitable que desee que se caigan de su “trono de
impunidad”.
Y por último, mi dosis diaria la
completan los “hombres”, y es que en este país ya uno no se puede poner absolutamente
nada, es que ni con pantalones te respetan. Y te podrás imaginar si te colocas
short o falta. Por Dios, no podemos ser libres de vestir como nos da la gana,
porque en las calles transita una cuerda de depravados esperando la menor
oportunidad para decir una asquerosidad. Un día escuché como una tipo decía un “piropo”
con las palabras vagina, pelos y chupar, incluidas.
Bien, a esto me debo enfrentar
diariamente. Y lo siento, en este momento no puedo pensar que esto va a mejorar en el futuro próximo. Hay
una crisis de valores muy fuerte y, ahora sí puedo decirlo, la mayoría de los
venezolanos-as no ayudan a que esto cambie.
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