Una
foto de un grupo debajo de la Cruz del Ávila encendida fue el activador para
que, desde julio de este año, esta idea se fijara en mi cabeza. Para dejar por
sentado mi sueño lo escribí en mi lista de deseos cumpleañeros. Me deleitaba
imaginándome en este lugar y anticipando todo lo que sentiría al presenciar tan
cerca esta cruz que siempre veía desde la distancia, algún día de diciembre, y
que ya cumple 51 años alumbrando mi montaña favorita y robando nuestras
miradas.
Llegó
el 1 de diciembre de 2014 y para cumplir mi sueño me uní a la 8va
Edición Encendido Cruz del Ávila que organiza Venezuela Trekking.
Este
día nos encontramos en el Hotel Ávila, ubicado en la urbanización San
Bernardino, muy cerca del Parque Nacional Waraira Repano. Nuestro guía se impresionó porque había más
gente de la que esperaba. Yo conté como 20 pero este número aumentaría ya que
otros llegarían por su cuenta a la cruz.
Aproximadamente
a las tres de la tarde comenzamos a subir desde el Distribuidor San Bernardino.
Casi todo el camino fue una carretera de piedra, con algunos trechos más
deteriorados que otros, y otros de tierra. Luego de veinte minutos, apareció, a
nuestra derecha, el camino del conocido Cortafuegos.
Mientras
esperábamos al resto del grupo, un jeep de Corpoelec, con dos hombres que
lucían muy jóvenes, se detuvo para preguntarnos dónde quedaba la cruz, un
compañero le dio las indicaciones y una vez arrancaron fue inevitable reírnos,
seguro eran parte del equipo que debía alistar todo y no sabían dónde estaba el
lugar.
Ya
con el grupo completo caminamos escasos metros del Cortafuegos para luego subir al Guardaparques de Loma de Viento
y seguir por esa ruta. Aquí tuvimos una larga sesión de fotos y también
recargamos agua, que más adelante y luego de un sorbo, pude constatar que estaba
contaminada: amarilla y con olor a gasoil.
A
partir de ese punto cambió completamente la vegetación y el terreno. Ahora
caminábamos sobre el cerro y el fresco nos daba un respiro luego de tanto
camino empinado. Regresamos a la carretera y así, las mismas características
del camino. Uno que otro jeep de Corpoelec pasaba nuevamente a nuestro lado.
Luego
de tres kilómetros y algunos metros llegamos a un espacio plano como para
acampar donde había carros estacionados, algunos militares y más adelante una
estructura imponente, enclavada en el terreno.
Cruz de Navidad, Cruz
del Papelón o Cruz del Ávila
La
cruz es una estructura de hierro galvanizado de 37 metros de alto por 18 de
ancho que construyó la Electricidad de Caracas en el cerro de Papelón, a unos
1.530 metros sobre el nivel del mar. Tiene 144 bombillos e irradia luz blanca,
pero no siempre fue así.
Un
dato curioso es que “la primera cruz navideña de Caracas fue el propio hotel
Humboldt, cuando en 1963 las luces de sus habitaciones en los primeros catorce
pisos se prendieron creando la forma del símbolo del cristianismo y
materializando una idea que había nacido quince años antes de la mente de un
ingeniero norteamericano que tenía más de veinte años en el país y que
trabajaba para la Electricidad de Caracas: Ottomar Pfersdorff (…) Durante los
dos años siguientes se repetiría la experiencia encendiendo treinta cuartos de
los primeros catorce pisos, pero el gasto eléctrico era demasiado elevado, por
lo que en 1966 se instaló una cruz de 30 metros de alto por 20 de ancho, con ciento veinte lámparas fijas
y cuatro de destello, en la antena de Venezolana de Televisión, en Los
Mecedores (como a un kilómetro de la actual y unos 150 metros más sobre el
nivel del mar)”[1].
Otro
dato que me impresionó fue que luego de que este señor se jubilara de la
Electricidad de Caracas en 1970, regresó a Estados Unidos donde murió un
primero de diciembre de 1998, justo el mismo día en que encienden la cruz.
También
resulta interesante saber que hubo muchas discusiones sobre qué forma debía
tener este símbolo si cruz, arbolito o estrella. "Prevaleció la cruz en lugar del pino o
la estrella de Belén porque el símbolo del cristianismo no es ninguno de estos
dos. La estrella es un signo de alegría momentánea, pero la imagen permanente
es la cruz, esa es la representación universal del cristianismo", contó el
ensayista Isaac Pardo (1905-2000), quien en los 60 fue Gerente de Relaciones
Públicas de la Electricidad de Caracas[2].
Los spiderman
venezolanos
Cuando
llegamos ya había varios trabajadores de Corpoelec. Algunos desde el terreno daban
indicaciones, otros estaban en la base de la cruz y los más osados escalaban la
estructura con unos arneses, que les brindaban algo de seguridad.
Confieso
que estos hombres nos tenían los nervios de punta porque decidieron amarrarse
ya muy arriba, en uno de los brazos de la
estructura. Un zamuro también los acompañaba.
Justo
a las 4:25pm fue el primer encendido no oficial para probar si los 144
bombillos ahorradores estaban en buen estado. Recordemos que en 2009, debido a
la crisis energética, se cambiaron los 74 focos incandescentes y dos luces de
destello por estos bombillos. “El ahorro energético fue de 75%, ubicándose en
2.880 vatios, y la cruz pasó de la luz amarilla de toda la vida a la luz blanca”[3].
Como
aún faltaba tiempo para que encendieran este símbolo de la Navidad caraqueña
comenzamos a comer, cantar y a hacer bromas con los señores de Corpoelec. Esta
fue mi parte favorita de la ruta. Algunos compañeros compartían galletas o algún
otro snack con ellos.
Uno
de los señores, muy ingenioso, improvisó con una cuerda y un arnés una especie
de ascensor para subir nuestras cámaras. Así que ellos divertidos nos tomaban
fotos desde las alturas, mientras gritábamos y reíamos animando todo el lugar.
Poco
a poco comenzó a llegar más gente y todo el terreno se llenó. Ya a las seis
comenzamos a hacer la cuenta regresiva, y luego de casi tres intentos sucedió.
Iluminados por la Cruz
—Prevenidos—gritó
uno de los señores de Corpoelec.
Y
nos agarró desprevenidos. Pero afortunadamente pude grabar ese instante: 6:11pm.
Todos los bombillos en una línea perfecta delinearon la estructura para formar
una cruz que ya no era de hierro sino de luz. Una cruz que iluminó nuestros
rostros en la oscuridad y que ambientó los gritos, la felicidad, el inició de
la Navidad, el momento, todo, en esos segundos.
Esta
cruz, la que conocemos los más muchachitos, la encendieron por primera vez en
1982 y es “la más grande de las tres cruces luminosas que han adornado el
Ávila, pues la del Humboldt medía 33 metros y la de Mecedores solo 30”[4].
La
mayor parte de la gente se lanzó a los pies de la cruz para sacar las primeras
imágenes. Más abajo, por algún agujero
que dejaba la vegetación, se podían ver fuegos artificiales.
En
ese momento pensé sobre la “tradición de nombrar a un destacado alumno de
alguna escuela para que en un acto oficial oprimiera el botón que
simbólicamente da inicio a la Navidad caraqueña”. Si, como entiendo, la cruz
fue encendida aquí arriba, este año no hubo tal personaje emblemático, y la
verdad no me molestó, porque en ese instante también recordé como uno de los señores
de Corpoelec soltó al aire, mientras nos tomaba una de las fotos de la tarde,
que él estaba en esta actividad desde hace tiempo, “desde cuando tenían que
subir en sus hombros las herramientas porque no se trasladaban en carros”.
Lo
más difícil de todo no fue la ruta, ni la espera, ni algunos mosquitos, ni el
frío, sino lograr que saliera una foto bonita con la cruz. Miles de flash y
varias arrastradas por el piso para lograr alguna que me gustara. Karen, una de
las muchachas que conocí durante la ruta, fue muy paciente conmigo.
Y
justo cuando ya me estaba despidiendo de la cruz aparecieron sudados los tres
compañeros que conocí aquella vez en el Picacho de Galipán. Y si bien subí con
un excelente grupo, los amigos de Venezuela Trekking, que son de esas familias
montañeras que te adoptan en cada ruta y te hacen sentir parte del grupo,
también puedo decir que bajé con Elisa, Edgar y Jose Antonio, esos seres que llegaron
corriendo como la luz hasta la cerro Papelón, por un mensajito ("por si se animaban") que les había
mandado está loca de montaña que no quería subir sola pero que terminó
descubriendo que si uno quiere algo debe ir tras ello. Sola, acompañada, da igual, total, en el camino
habrá otros locos iguales que tú.
La
cruz se apagará el 6 de enero, pero la luz de los que conoces en estas
experiencias seguirá inspirando durante todo el año y los que vendrán. Feliz
Navidad.
#RetoRutas #EcoRutas
Referencias
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