miércoles, 3 de diciembre de 2014

Ruta #10: Encendido de la Cruz del Ávila (tras bastidores)

Una foto de un grupo debajo de la Cruz del Ávila encendida fue el activador para que, desde julio de este año, esta idea se fijara en mi cabeza. Para dejar por sentado mi sueño lo escribí en mi lista de deseos cumpleañeros. Me deleitaba imaginándome en este lugar y anticipando todo lo que sentiría al presenciar tan cerca esta cruz que siempre veía desde la distancia, algún día de diciembre, y que ya cumple 51 años alumbrando mi montaña favorita y robando nuestras miradas.

Llegó el 1 de diciembre de 2014 y para cumplir mi sueño me uní a la  8va Edición Encendido Cruz del Ávila que organiza Venezuela Trekking.   
Este día nos encontramos en el Hotel Ávila, ubicado en la urbanización San Bernardino, muy cerca del Parque Nacional Waraira Repano.  Nuestro guía se impresionó porque había más gente de la que esperaba. Yo conté como 20 pero este número aumentaría ya que otros llegarían por su cuenta a la cruz.
Aproximadamente a las tres de la tarde comenzamos a subir desde el Distribuidor San Bernardino. Casi todo el camino fue una carretera de piedra, con algunos trechos más deteriorados que otros, y otros de tierra. Luego de veinte minutos, apareció, a nuestra derecha, el camino del conocido Cortafuegos.
Mientras esperábamos al resto del grupo, un jeep de Corpoelec, con dos hombres que lucían muy jóvenes, se detuvo para preguntarnos dónde quedaba la cruz, un compañero le dio las indicaciones y una vez arrancaron fue inevitable reírnos, seguro eran parte del equipo que debía alistar todo y no sabían dónde estaba el lugar.
Ya con el grupo completo caminamos escasos metros del Cortafuegos para  luego subir al Guardaparques de Loma de Viento y seguir por esa ruta. Aquí tuvimos una larga sesión de fotos y también recargamos agua, que más adelante y luego de un sorbo, pude constatar que estaba contaminada: amarilla y con olor a gasoil.
A partir de ese punto cambió completamente la vegetación y el terreno. Ahora caminábamos sobre el cerro y el fresco nos daba un respiro luego de tanto camino empinado. Regresamos a la carretera y así, las mismas características del camino. Uno que otro jeep de Corpoelec pasaba nuevamente a nuestro lado.
Luego de tres kilómetros y algunos metros llegamos a un espacio plano como para acampar donde había carros estacionados, algunos militares y más adelante una estructura imponente, enclavada en el terreno.

Cruz de Navidad, Cruz del Papelón o Cruz del Ávila
La cruz es una estructura de hierro galvanizado de 37 metros de alto por 18 de ancho que construyó la Electricidad de Caracas en el cerro de Papelón, a unos 1.530 metros sobre el nivel del mar. Tiene 144 bombillos e irradia luz blanca, pero no siempre fue así.
Un dato curioso es que “la primera cruz navideña de Caracas fue el propio hotel Humboldt, cuando en 1963 las luces de sus habitaciones en los primeros catorce pisos se prendieron creando la forma del símbolo del cristianismo y materializando una idea que había nacido quince años antes de la mente de un ingeniero norteamericano que tenía más de veinte años en el país y que trabajaba para la Electricidad de Caracas: Ottomar Pfersdorff (…) Durante los dos años siguientes se repetiría la experiencia encendiendo treinta cuartos de los primeros catorce pisos, pero el gasto eléctrico era demasiado elevado, por lo que en 1966 se instaló una cruz de 30 metros de alto por  20 de ancho, con ciento veinte lámparas fijas y cuatro de destello, en la antena de Venezolana de Televisión, en Los Mecedores (como a un kilómetro de la actual y unos 150 metros más sobre el nivel del mar)”[1].
Otro dato que me impresionó fue que luego de que este señor se jubilara de la Electricidad de Caracas en 1970, regresó a Estados Unidos donde murió un primero de diciembre de 1998, justo el mismo día en que encienden la cruz.
También resulta interesante saber que hubo muchas discusiones sobre qué forma debía tener este símbolo si cruz, arbolito o estrella.  "Prevaleció la cruz en lugar del pino o la estrella de Belén porque el símbolo del cristianismo no es ninguno de estos dos. La estrella es un signo de alegría momentánea, pero la imagen permanente es la cruz, esa es la representación universal del cristianismo", contó el ensayista Isaac Pardo (1905-2000), quien en los 60 fue Gerente de Relaciones Públicas de la Electricidad de Caracas[2].

Los spiderman venezolanos
Cuando llegamos ya había varios trabajadores de Corpoelec. Algunos desde el terreno daban indicaciones, otros estaban en la base de la cruz y los más osados escalaban la estructura con unos arneses, que les brindaban algo de seguridad.
Confieso que estos hombres nos tenían los nervios de punta porque decidieron amarrarse ya muy arriba,  en uno de los brazos de la estructura. Un zamuro también los acompañaba.
Justo a las 4:25pm fue el primer encendido no oficial para probar si los 144 bombillos ahorradores estaban en buen estado. Recordemos que en 2009, debido a la crisis energética, se cambiaron los 74 focos incandescentes y dos luces de destello por estos bombillos. “El ahorro energético fue de 75%, ubicándose en 2.880 vatios, y la cruz pasó de la luz amarilla de toda la vida a la luz blanca”[3].

Como aún faltaba tiempo para que encendieran este símbolo de la Navidad caraqueña comenzamos a comer, cantar y a hacer bromas con los señores de Corpoelec. Esta fue mi parte favorita de la ruta. Algunos compañeros compartían galletas o algún otro snack con ellos.
Uno de los señores, muy ingenioso, improvisó con una cuerda y un arnés una especie de ascensor para subir nuestras cámaras. Así que ellos divertidos nos tomaban fotos desde las alturas, mientras gritábamos y reíamos animando todo el lugar.
Poco a poco comenzó a llegar más gente y todo el terreno se llenó. Ya a las seis comenzamos a hacer la cuenta regresiva, y luego de casi tres intentos sucedió.

Iluminados por la Cruz
—Prevenidos—gritó uno de los señores de Corpoelec.
Y nos agarró desprevenidos. Pero afortunadamente pude grabar ese instante: 6:11pm. Todos los bombillos en una línea perfecta delinearon la estructura para formar una cruz que ya no era de hierro sino de luz. Una cruz que iluminó nuestros rostros en la oscuridad y que ambientó los gritos, la felicidad, el inició de la Navidad, el momento, todo, en esos segundos.
Esta cruz, la que conocemos los más muchachitos, la encendieron por primera vez en 1982 y es “la más grande de las tres cruces luminosas que han adornado el Ávila, pues la del Humboldt medía 33 metros y la de Mecedores solo 30”[4].
La mayor parte de la gente se lanzó a los pies de la cruz para sacar las primeras imágenes.  Más abajo, por algún agujero que dejaba la vegetación, se podían ver fuegos artificiales.
En ese momento pensé sobre la “tradición de nombrar a un destacado alumno de alguna escuela para que en un acto oficial oprimiera el botón que simbólicamente da inicio a la Navidad caraqueña”. Si, como entiendo, la cruz fue encendida aquí arriba, este año no hubo tal personaje emblemático, y la verdad no me molestó, porque en ese instante también recordé como uno de los señores de Corpoelec soltó al aire, mientras nos tomaba una de las fotos de la tarde, que él estaba en esta actividad desde hace tiempo, “desde cuando tenían que subir en sus hombros las herramientas porque no se trasladaban en carros”.
Lo más difícil de todo no fue la ruta, ni la espera, ni algunos mosquitos, ni el frío, sino lograr que saliera una foto bonita con la cruz. Miles de flash y varias arrastradas por el piso para lograr alguna que me gustara. Karen, una de las muchachas que conocí durante la ruta, fue muy paciente conmigo.
Y justo cuando ya me estaba despidiendo de la cruz aparecieron sudados los tres compañeros que conocí aquella vez en el Picacho de Galipán. Y si bien subí con un excelente grupo, los amigos de Venezuela Trekking, que son de esas familias montañeras que te adoptan en cada ruta y te hacen sentir parte del grupo, también puedo decir que bajé con Elisa, Edgar y Jose Antonio, esos seres que llegaron corriendo como la luz hasta la cerro Papelón, por un mensajito ("por si se animaban") que les había mandado está loca de montaña que no quería subir sola pero que terminó descubriendo que si uno quiere algo debe ir tras ello. Sola, acompañada, da igual, total, en el camino habrá otros locos iguales que tú.  
La cruz se apagará el 6 de enero, pero la luz de los que conoces en estas experiencias seguirá inspirando durante todo el año y los que vendrán. Feliz Navidad.
#RetoRutas #EcoRutas
Referencias


[1] Javier Brassesco: “51 años anunciando la Navidad”: http://www.eluniversal.com/caracas/141201/51-anos-anunciando-la-navidad.
[2] Ibídem.
[3] Ibídem.
[4] Ibídem. 

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