Pasan los rosados del atardecer escuchando noticias de
sangre. Hoy es difícil apreciar la belleza, pero sin ella todo está muerto. Wiu
wiu. Revolotea el pájaro de mal agüero en Kanaimö y su canto se escucha en todo
el territorio pemón (y más allá). Por la ventana se asoma el gris del inicio de
la noche. Las nubes resisten, los trazos rosas forcejean, pero es inevitable,
la noche siempre llega.
Wiu wiu
—¿Quién eres tú, el alma de un compañero?
Wiu wiu sigue cantando.
Otra vez nos mienten. Otra vez nos van a matar. Otra vez
la sangre. Otra vez el despojo.
Otra vez el pájaro que avisa de los peligros.
El alma se entristece.
La tierra escucha paciente el grito de los que caen. Las
balas encuentran refugio en las copas de los árboles. Cuando Charlie abre los
ojos, todo a su alrededor es rojo brillante. Memoria que se escurre por sus
venas. Sus ojos en exilio observan la sabana. El derrame cauteloso de las
nubes. El día convertido en desgracia. El bagazo de su caña ha quedado vacío.
Ekatón.
“Han matado a uno de nosotros como si no fuese persona”.
***
Ekaré.
El 8 de diciembre de 2018 cuerpos de inteligencia del
Estado venezolano ingresaron con una operación militar encubierta, con la
misión de inutilizar equipos mineros en la mina de Campo Carrao, muy cerca de
Körepakupai Wena Vena (Salto Ángel), dejando como resultado dos indígenas pemón
gravemente heridos y uno muerto, Charlie Peñaloza Rivas.
Dirigentes indígenas de Canaima denunciaron que el
componente armado que realizó la incursión entró a la comunidad como turistas,
contrató una excursión al Salto Ángel y, en medio del trayecto, obligó a los
guías a desviarse a las minas en el río Carrao.
El Consejo de Caciques del Pueblo Pemón, organización legítima
que representa al pueblo pemón y que está formada por capitanes de los sectores
II, III, V, VI, VII, VIII del municipio Gran Sabana, activó la jurisdicción
especial indígena.
Tanto las declaraciones del ministro de Defensa y del
Presidente de la República dejaron claro que el plan es militarizar la Amazonía
y agredir nuevamente al pueblo pemón.
***
El pemón se levanta. Es como si estuviera recién hecho
por el tiempo. Cantan las hojas de cada árbol. Pasa una brisa. Pata sek se alegra. Cada
piedra habla. Esperemos un instante…
Esta es la guerra que no pedimos. Esta vez existimos.
Estamos aquí. No somos paisaje. Esta vez contamos la historia completa. Hoy
puedo decir que no fue en mi nombre que entregaron el territorio. Curo todos
los males. Iña maimu. (esta es mi palabra)
“Este no es
momento de llorar. Es momento de levantarlos, de hablarle al país y al mundo
que no estamos solos. Cincuenta y dos pueblos indígenas que componen el país
estamos unidos ahora. Somos gente de paz. No somos caníbales. No somos personas
que vamos a invadir tierras. Respetaremos a las instituciones siempre y cuando
ustedes nos respeten”.
Wiyuyima canta alegre.
A-pantoní-pe nichii (sirva para ti este cuento)
.
.
El contexto de la resistencia de los indígenas pemón de
Kanaimö:
#NoAlAMilitarizaciónDeCanaima
#ConElPuebloPemón #NoAlArcoMineroDelOrinoco
.
Cada cosa que hacemos afuera es un pulmón para el pueblo
pemón.
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