I
Cruzar la línea huyendo del hambre y la
enfermedad. Encontrarte al otro lado arraigándote a lo que eres: wajibaka,
janoko, yuruma, moriche, chinchorro, warao. A veces la distancia hace conocerte
mejor. ¿Cómo viven los warao en Pacaraima? Resistiendo el más insoportable de
los despojos. Y así se sientan “como árbol caído”, “como que vamos a canalete”,
nadie puede quitarles la raíz
fundamental, su cultura, su idioma.
Raíz. Curación. Madre.
Raíz de los que se
adaptan en nuevos territorios. Raíz que integra y no desplaza. Raíz que se prepara
para convivir. En eso andan algunos warao por allá en Brasil, ya Dios les mandó
a Jesús, Felipe, Peggy para que los acompañen, ya les contaremos más, pero hace
falta mayor solidaridad.