lunes, 29 de septiembre de 2014

Ruta #8: Picacho de Galipán (con 5 kg)

Desde que iniciamos el reto de las rutas Luisanna siempre me había mencionado el Picacho de Galipán. Que la vista desde ahí es espectacular, que hay que ligarla para que no esté nublado. Que se puede mirar desde varios puntos del Parque Nacional Waraira Repano.
Recuerdo que cuando hicimos la primera ruta con Derbys López, director de Fundhea, nos dijo, señalando con su dedo: “Miren ese es el Picacho”. Quedamos prendadas.
Para completar el magnetismo hacia esta parte del Ávila, cuando hicimos la ruta con Trekking Venezuela (recuerden que caminamos 9 horas, quemamos como 2130 calorías y me picó una abeja), solo pudimos llegar a la base porque ya era tarde y estaba muy nublado.
Siempre cerca y pero nunca en él. Pues bien, Luisanna y yo decidimos ir este 27 de septiembre, sin grupos, solo nosotras, para finalmente conocer a este símbolo de los galipaneros: El Picacho de Galipán.

martes, 16 de septiembre de 2014

Del Misterio de las Lagunas y otros documentales #FestivalCineCcs2014


Hace dos años cuando terminó la función de El Misterio de las Lagunas, fragmentos andinos en una de las salas de cine de Centro Plaza, un señor con un sombrero que cubría sus cabellos blancos y largos se levantó y dijo soy Atahualpa Lichy. Quedé sorprendida con este mágico encuentro porque podría preguntarle todo sobre este documental, absolutamente mágico. Filmado en Los Nevados, los Pueblos del Sur de Mérida, narra las tradiciones de esta gente cargadas de un simbolismo impresionante. Ya su sinopsis lo prometía: En la región de los Andes venezolanos, a través de las historias contadas por los campesinos con fino sentido del humor, vamos a viajar hacia atrás en el tiempo, siguiendo el hilo que ha creado las leyendas, a través de la tradición oral, el realismo mágico y las canciones que revelan una conciencia colectiva y las características de su cultura.

jueves, 11 de septiembre de 2014

San Javier del Valle (II)

Cinco días en silencio realizando Ejercicios Espirituales (EE) es una experiencia que ya había realizado antes pero que sin duda marca con cada nuevo encuentro. Con estas líneas no pretendo exponer algo tan íntimo como lo que viví durante esos días, simplemente compartir algunas vivencias, sentimientos que surgieron, adentrarlos en la Casa de Retiros Espirituales San Javier del Valle, y finalmente motivarlos para que en algún momento de sus vidas realicen EE. Ya al final de estas líneas encontrarán las cuatro razones fundamentales

No en vano han dicho que la Casa de Retiros Espirituales  de San Javier del Valle es una de las más bellas y espirituales de Latinoamérica. Yo lo vi con mis propios ojos viviendo en ella desde el 12 hasta el 18 de agosto.
Este lugar para mi significa resurrección, un santuario cargado de símbolos que a medida que vas descifrando te impactan y conmueven profundamente. ¿Cómo es posible tanta belleza en un mismo espacio? Supongo que cuando uno hace las cosas desde el corazón lucen así, tan puras y auténticas.
Por un lado la hermosa vista del páramo La Culata y por el otro la vista del pico Bolívar. Esta casa está asentada a 2000 metros de altura sobre el nivel del mar en medio de las imponentes estribaciones de la Cordillera Andina.
La edificación fue comenzada en 1951 y se inauguró oficialmente el 15 de febrero de 1954, aunque ya desde el año anterior se habían comenzado a dar retiros y EE a toda clase de personas. Solo desde 1996 hasta 2002 se contabilizaron 9 mil 823 ejercitantes.
Pero lo que hace a esta casa de retiros más especial es el motivo de su construcción, una “respuesta de la esperanza cristiana al accidente mortal del avión que se estrelló en Monte Carmelo con 27 alumnos del Colegio San José de Mérida a bordo”, así lo escribe Carmelo Salvatierra, s.j., en San Javier del Valle, un hermoso libro que descubrí dos días antes de finalizar ejercicios y que me ayudó a ponerle nombre a esas cosas que me iban robando el aliento dentro de la casa y sobre el que volveré a lo largo de este relato.

domingo, 31 de agosto de 2014

Increíblemente 28

Los cumpleaños los hacen tu familia, tus amigos, los amigos de tus amigos, tus novios. Toda la gente que ese día especial se esfuerza para hacerte sentir amada, porque ellos agradecen tu vida a Dios con cada uno de sus gestos. El 29 de agosto fue mi cumpleaños y este día estuvo lleno de cosas increíbles.

viernes, 22 de agosto de 2014

Mérida: montaña y espiritualidad (I)

Desde hace rato la montaña me está llamando. Y luego de estar nueve días en Mérida haciendo Ejercicios Espirituales, trekking, trotando y conociendo a un par de abuelos que me robaron el aliento estoy convencida que Dios se manifiesta privilegiadamente en las montañas y en su gente. La ruta mágica hasta la Laguna La Coromoto, a 3000 metros sobre el nivel del mar (msnm),  en el Parque Nacional Sierra Nevada, fue solo el inicio de esta aventura en la ciudad de Mérida, ubicada en la parte media de la región andina venezolana, entre las sierras de La Culata y Nevada. Una ciudad donde montaña y espiritualidad se entrelazan a diario. Aquí la primera parte de esta historia

Salimos de Caracas hacia Mérida el domingo a las 7pm y caí como piedra en el autobús.  Abrí los ojos como a las 7am y seguíamos rodando. Menos mal que mi compañero Carlos Murga no tiene el sueño tan pesado y se encargó de vigilar durante el trayecto. Tráfico y algún otro inconveniente del que no caí en cuenta por mi estado somnoliento nos dejaron en Mérida a la 1pm. Dieciocho horas de viaje, diecisiete durmiendo  y mis rodillas tullidas por el frío y la suspensión de la “cómoda” poltrona, un invento que no es del todo bueno para las bajitas como yo.
Mientras esperábamos nuestras maletas me encontré con una vieja amiga Lucía y su esposo Rafael, Sara y el padre Miguel Centeno, quien nos guiaría en esta experiencia de Ejercicios Espirituales (EE) bajo la metodología de San Ignacio de Loyola, en San Javier del Valle, Mérida.  Cinco días de silencio y de reencuentro con aquello que nos conecta con lo más esencial, nuestro Principio y Fundamento, el sentido de nuestra existencia humana con una perspectiva cristiana. ¿Qué quiere Dios de nosotros en la tierra? ¿Cómo nuestro proyecto de vida puede hacernos más hermanos?
Carlos y yo almorzamos una deliciosa trucha con champiñones y unos batidos de mora y parchita en el Mercado Principal, y al rato nuestro compañero del Centro Gumilla Mérida, Carlos Krish, nos pasó buscando para llevarnos hasta el pueblo de Tabay, a unos 12 km de la ciudad de Mérida,  donde pernotaríamos hasta el martes en la noche, día en que comenzaríamos los EE.
Esa tarde-noche del lunes compartimos con unos amigos de Carlos Murga, la mayoría de ellos cultores. Muchos de ellos vivían en Caracas pero la hostilidad de esta ciudad así como la enorme dificultad de conseguir una vivienda los movió a Mérida. Ahora lucen tranquilos y conectados con lo que hacen. También conocí a un niño hermoso llamado Imoy (nombre wayuu) y comimos una pizza exquisita del Restaurant Valentina, más el vinito de mora que compramos en una mercería cercana.
El lugar que nos prestó nuestro compañero era acogedor y todos los detalles dan cuenta que aquí vive la mamá de Krish. Crucigramas en alemán, rompecabezas por armar y armados enmarcados en cuadros. Pasatiempos valiosos para la mente y el espíritu. Y en la puerta un almanaque con mi mes, agosto, y mi animal favorito, una tortuga verde enorme. Más que perfecto. Esa noche dormimos escuchando música folklórica alemana. Otro descubrimiento.

jueves, 21 de agosto de 2014

Wish List 2014-2015: Para mis 28

Desde el primer momento que vi que había personas que hacían lista de deseos para sus cumpleaños quedé prendada. Confieso que siempre me dio temor hacerla, solo esperaba ir cumpliendo mis deseos cada año, pero me di cuenta que entre tanto corre-corre y rutina se corre el riesgo de olvidarse de lo realmente esencial, esas cosas que te activan y te llenan de energías. Muchas veces pueden ser paseos, personas y otras tantas materiales. ¿Se corre el riesgo de caer en la banalidad? Si. Pero lo importante es que tu felicidad tampoco dependa de eso, simplemente llamemoslos incentivos. Y aquí para la justificación. Porque este año será el año y acá va mi lista de deseos para mis 28... Confieso que me da temor este número y por eso me toca hacerlo fabuloso. Algunas cosas ya las he empezado porque un año no es suficiente y creo que muchas tienen que ver con una montaña que últimamente me quita el sueño.

1.1.1 Un día en los Jardines Ecológicos Topotepuy, aquí mismito en el Cerro El Volcán, en Caracas.
1. Una foto en La Cruz del Ávila encendida.
2. Ver el Autana.
3. Lanzarme en parapente.
4. Regresar a Querepare y que Roque me cante una canción.
5. Contar mis kilómetros con un reloj Gramier.
6. Un viaje de expedición al Roraima.
7. Caminarme todas las rutas del Ávila.
8. Un fin de semana haciendo rafting en Barinas.
9. Un picnic+cannoping en el Parque Los Venados.
10. Ver un atardecer en los Fortines del Ávila.
11. Conocer la cabina fantasma.
12. Un paseo por la Hacienda Santa Teresa.
13.Un postgrado en otro país.
14.Un set de maquillaje Clinique.
15. Un perfume diferente.
16.Una bata de paño super gruesa para salir de la ducha.
17. Ir Canaima y visitar el Salto Ángel.
18. Un full day en Los Roques.
19. Hacer mis 10 km en menos de una hora (45 min sería la gloria).
20. Un chaqueta de jean (la mía la perdí en la lavandería).
21. Unas botas de trekking cómodas y bonitas.
22. Una chaqueta fleeze.
23. Escribir más y mejores crónicas de viaje y de personas anónimas.
24. Un año pago de Pole Dance o telas.
25. Actuar en una obra teatro (nuevamente).
26. Salir en un comercial de TV (este es mi lado oscuro).
27. Una sesión de fotos hecha por mi amigo Adrián.
28. Unos zapatos deportivos especiales para correr.
29. Un desayuno en la cama.
30. Un pasaje ida y vuelta para visitar a mis amigos de Romero House, Costi y a mi tía Pascualina en Canadá.
31. Un viaje a Vancouver con mi amiga Alexandra y Kathe (la experiencia de Montreal fue maravillosa).
32. Ir a ver un show de Cirque Du Soleil.
32. Una escapadita a la playa.
33. Otro ramo de flores sorpresa (u otra sorpresa que me robe el aliento).
34. Un grupo para practicar mi inglés (seguir preparándome para el famoso Toffel)
35. Una camisa dry fit para correr fresquita.
36. Una mochila de cuero vintage (de esa que usan los periodistas en las películas).
37. Tomarme la famosa chicha de El Hatillo.
38. Conocer bien el Casco histórico de Petare.
39. Un vestido amarillo.
40. Subir al Pico Bolívar.

Gracias Dios por este año más de vida que viene y permite que viva cada día con su propio afán, porque sé que tienes grandes cosas para mí y que no hay prueba que me coloques que no pueda superar y me haga feliz.