jueves, 26 de febrero de 2015

Conversaciones de vagón: Corazón indígena

Entro al vagón, me siento, y saco el libro que hoy elegí para que me acompañara durante todo el día: Realidad Indígena Venezolana, uno de los cursos de formación que editó la Fundación Centro Gumilla. Este libro  ya tiene bastante tiempo en mi biblioteca y era necesario retomarlo. Me detengo en el capítulo de la etnia yukpa.

De repente la muchacha que está a mi lado, se voltea y me mira: “¿Tienes ahí a los barí?”. Le respondo que sí y comienzo a hojear. “¿Me lo puedes prestar un momento para leerlo?”. Nuevamente mi respuesta es afirmativa y en ese instante me entrega el libro que ella está leyendo: “Toma para que lo leas mientras tanto”. Es un libro de Cuentos Indígenas Venezolanos. Lo abro y veo nombres conocidos: Editorial Estudios, Centro Padre Joaquín en Maracaibo, Antonio Pérez Esclarín. Paso las páginas, quedo encantada con las ilustraciones y me decido a buscar el cuento que hay sobre los yukpas.

Pasan algunos minutos y la muchacha finalmente me devuelve mi libro. “Es que estamos haciendo un cuento para niños en stop motion, una técnica de animación, ¿sabes?, y nos estamos documentando sobre esto (…) La editorial Librerías del Sur tiene una edición sobre cine y antropología aplicado a lo indígena…”, me explica.

Le pregunto que en dónde trabaja y me dice que en el Infocentro. El cordón del carnet que descansa en su pecho lo confirma. Le indico dónde puede conseguir el libro que estoy leyendo y que también ayer fui a ver un documental, El río que nos traviesa, en el Museo de Bellas Artes, que aborda el tema de cómo están afectando los derrames petroleros a los waraos y a los kariñas. Le digo que conocí a su documentalista, Manuela Blanco, y que ella está dispuesta a proyectar este material en cualquier lugar, la animo a que la contacte.

Me dice que ayer estuvo en un evento con Jorge Rodríguez donde este anunció lo del Festival de Teatro y también me comparte que hay un festival de cine indígena.

Conversamos sobre otras cosas como del homenaje que le realizarán a Alí Primera, “Alí sinfónico”,  este fin de semana en el Teatro Nacional y cuya entrada cuesta 30 bolívares y también comparto con ella que justo hace dos semanas estuve en un evento que realizaron en honor a este artista en La Patana Cultural del Teresa Carreño. Finalmente, en la estación La Hoyada, la muchacha se despide y baja del vagón.
 
Nuevamente el tema indígena me toma y pienso sobre las rarezas de la vida y cómo cada cosa te va llevando al día de hoy. Pienso que hace cinco años cubrí la huelga de hambre que realizó el hermano Korta por la reivindicación de los derechos de los indígenas,  luego cómo ese reportaje me abrió otra puerta para contribuir con un capítulo anual donde se documentaba la situación de estos pueblos, y cómo hace dos años, el 3 de marzo de 2013, lamenté mucho la muerte del cacique Sabino Romero, a quien había conocido en varias protestas indígenas.

Este año finalmente podré estar sobre el terreno, en el Tukuko, en el municipio Machiques de Perijá, estado Zulia. Por unos días podré adentrarme en la cultura de los yukpas, mientras tanto seguiré sacando mi libro en los vagones del metro no vaya ser que otro curioso también comparta conmigo su corazón indígena.

No hay comentarios: