De
repente la muchacha que está a mi lado, se voltea y me mira: “¿Tienes ahí a los
barí?”. Le respondo que sí y comienzo a hojear. “¿Me lo puedes prestar un
momento para leerlo?”. Nuevamente mi respuesta es afirmativa y en ese instante
me entrega el libro que ella está leyendo: “Toma para que lo leas mientras
tanto”. Es un libro de Cuentos Indígenas Venezolanos. Lo abro y veo nombres
conocidos: Editorial Estudios, Centro Padre Joaquín en Maracaibo, Antonio Pérez
Esclarín. Paso las páginas, quedo encantada con las ilustraciones y me decido
a buscar el cuento que hay sobre los yukpas.
Pasan
algunos minutos y la muchacha finalmente me devuelve mi libro. “Es que estamos
haciendo un cuento para niños en stop motion, una técnica de animación,
¿sabes?, y nos estamos documentando sobre esto (…) La editorial Librerías del
Sur tiene una edición sobre cine y antropología aplicado a lo indígena…”, me
explica.
Le
pregunto que en dónde trabaja y me dice que en el Infocentro. El cordón del
carnet que descansa en su pecho lo confirma. Le indico dónde puede conseguir el
libro que estoy leyendo y que también ayer fui a ver un documental, El río que nos traviesa, en el Museo de
Bellas Artes, que aborda el tema de cómo están afectando los derrames
petroleros a los waraos y a los kariñas. Le digo que conocí a su documentalista,
Manuela Blanco, y que ella está dispuesta a proyectar este material en
cualquier lugar, la animo a que la contacte.
Me
dice que ayer estuvo en un evento con Jorge Rodríguez donde este anunció lo del
Festival de Teatro y también me comparte que hay un festival de cine indígena.
Conversamos
sobre otras cosas como del homenaje que le realizarán a Alí Primera, “Alí
sinfónico”, este fin de semana en el
Teatro Nacional y cuya entrada cuesta 30 bolívares y también comparto con ella
que justo hace dos semanas estuve en un evento que realizaron en honor a este
artista en La Patana Cultural del Teresa Carreño. Finalmente, en la estación La Hoyada, la
muchacha se despide y baja del vagón.
Nuevamente el tema indígena me toma y pienso sobre las
rarezas de la vida y cómo cada cosa te va llevando al día de hoy. Pienso que
hace cinco años cubrí la huelga de hambre que realizó el hermano Korta por la reivindicación
de los derechos de los indígenas, luego
cómo ese reportaje me abrió otra puerta para contribuir con un capítulo anual
donde se documentaba la situación de estos pueblos, y cómo hace dos años, el 3 de marzo de 2013, lamenté
mucho la muerte del cacique Sabino Romero, a quien había conocido en varias
protestas indígenas.
Este
año finalmente podré estar sobre el terreno, en el Tukuko, en el municipio
Machiques de Perijá, estado Zulia. Por unos días podré adentrarme en la cultura
de los yukpas, mientras tanto seguiré sacando mi libro en los vagones del metro
no vaya ser que otro curioso también comparta conmigo su corazón indígena.
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