—Señor, ¿cuántos años tiene usted?—pregunta una mujer.
—A que no adivina cuántos tengo. 105. ¿Usted ha escuchado Flor sin retoño?
En el acto comienza a cantar.
Sembré una flor
sin interés.
Yo la sembré
para ver si era
formal.
A los tres días que la
dejé de regar
al volver ya estaba
seca y ya no quiso retoñar...
—Mi papá fabricó 58 hijos y yo soy el único varón. Y a todos nos tocó trabajar... Flor sin retoño…
Yo la regaba con agua
que cae del cielo.
Y la regaba con lágrimas
de mis ojos.
Mis amigos me dijeron
ya no rieges esa flor.
Esa flor ya no retoña,
tiene muerto el
corazón.
Esa flor ya no retoña,
tiene muerto el
corazón.
—Esa canción la
cantaba… Pedro… Pedro…— intenta recordar.
Altamira.
—¿Llegamos?
El hombre moreno, de pocas canas y pocas arrugas, se levanta
vestido con su saco azul, toma su bastón con una mano, lo apoya en el suelo, y con la otra mano se agarra del tubo. Y en
ese preciso instante vino a mi memoria mi abuelo con su radiecito gris,
cantando Flor sin retoño… Yo si me acuerdo de eso señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario