lunes, 15 de julio de 2019

Violencias cotidianas


1.
Entrar al banco, que estén dando 20 mil bolívares en efectivo y que solo te den un billete de 20 mil bolívares. No puedes disponer de tu dinero, tienes un billete que difícilmente te cambiarán en una camionetica.

2.
Entrar al Metro de Caracas y que no esté funcionando. “Los trenes con dirección Palo Verde no prestan servicio comercial”… Los trenes con dirección Propatria no llegan, todo está colapsado. La gente se aglomera en el andén y decides salir para no asfixiarte.
Afuera del Metro una cámara y un reportero.

3.
Rezar para que aparezca una camionetica. Que ocurra el milagro. “Mija, pasa que así nunca te vas a montar”, un hombre que me deja subir porque no quiero empujar ni golpear a nadie.  Pasaje a 700 bolívares.

4.
El autobús frena y un hombre me manosea el brazo. A la tercera me volteo y le digo. “¿Qué le pasa señor?”. El sádico responde: “Es mi mano”. Respiro profundo. Eso se llama violencia sexual y nosotras no lo podemos tolerar. 
(Ahora si quiero golpear)

5.
Tres horas después el Metro ha vuelto a la “normalidad”.
—Señor dónde compro el ticket de metro (traducción: pedazo de cartón con sello)
El miliciano que me deja pasar porque en la caseta no hay operador.
Montarte en un vagón sucio, sin aire, que huele mal, con hermanos tristes, desnutridos, apagados. Un niño de seis años, curtido de abandono, pide dinero. Un muchacho vende chupetas. Un anciano en muletas vende chupetas. La mujer vende chupetas. Todos venden chupetas.

6.
Volver a casa molesta. Sentir que no quieres salir más a ver el apocalipsis zombi que vivimos.  (Pero si ayer estabas haciendo una ruta de montaña y eras feliz…) Así es esta ciudad, así es este país, así me siento, bipolar.

7.
Se fue la electricidad.

8.
No dejo que me muerdas. No me convertiré en una muerta viviente. Me niego. No me abandono. Me aferro a la dignidad humana en medio de la bestialización que viene del gobierno que mata de hambre, enfermedad, violencia. Que viene del venezolano de a pie que me empuja, me agrede, me acosa, me manosea.
Respiro profundo, busco en mi caja de herramientas y me protejo.
Flor y piedra.
Si pierdo la esperanza estaré muerta.

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