jueves, 19 de septiembre de 2019

Mis 33 en la montaña


A veces necesito silencio para contemplar mi paso por esta vida. Entonces me abro camino en la humedad verde del Ávila, escucho el saludo de los colibríes, me envuelvo en mariposas oscuras y desato el tejido de las arañas en los caminos poco transitados. Mis pies se hunden en las hojas pastosas del bosque, escalan rocas y crujen los granos de arena de la Fila Maestra. El viento se mete debajo de mi camisa, muerde mis senos, me restriega las carnes y tambalea mis andanzas. Los ojos llenos de Mar Caribe y edificios de ciudad atrapan este rincón del mundo que habito. Camino y siento que estoy en cada hoja, en cada piedra, en cada rayo solar, en cada pájaro. Soy todo lo que existe. El espíritu de mi abuela me observa porque hace tres días ella también cumplió un año de su paso a otro plano. Por allá, encima del Pico Oriental, pasa envuelta en una bandada de nubes rumbo al mar. Rafaela siempre fue agua salada. Aferro mis manos a las piedras para ayudarme. Ignacio va a mi lado. Yo voy dentro, en su alma.

Pienso en que había esperado está edad desde el día en que comencé a ver el reloj marcar las 3:33pm. Siempre que volteaba ahí estaba esa hora maligna, varias veces a la semana, durante ocho años. ¡Algo importante va a ocurrirme a esa edad!, pensé. Hoy es 29.08.2019, estoy cumpliendo 33 años, y varias cosas se adelantaron: mi abuela murió, entendí que no soy una causa, empecé a buscar mi deseo, miré hacia adentro en silencio, cuestioné la estructura católica, contemplé el porvenir,  me envolví en mis raíces y voy a buscar las que me faltan. 

Me siento en un misterioso estado de insecto en capullo. Mercedes dice que estoy en un periodo de incubación. Suena mejor. ¿Qué clase de mariposa seré? Ojalá una morada o azul. Quiero mantener los ojos abiertos dentro de la oscuridad silenciosa de este albergue calcáreo.

Voy a la montaña para ver los acontecimientos mientras camino: mis 28 entre las nubes, mis 29 con el Mar Caribe, mis 30 en la Laguna de Santo Cristo, mis 31 en el Camino de Santiago, mis 32 con la muerte. El viento silba entre bambúes. Cuando baje escribiré para recordar mis 33 en la montaña.  

Ando buscándome.

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Mis regalos: el libro El Viajero del Siglo, una carpeta con materiales de poesía documental, una ruta de montaña, una cena de pizza y cumpleaños feliz con un pedazo de brownie… Más regalos: una cena china con cervezas, una torta en el Gumilla, una pulsera con las banderas del mundo, un brownie en casa.
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Ruta: Sabas Nieves-Humboldt. 10 kilómetros. 7 horas 30 minutos







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