lunes, 31 de diciembre de 2018

Diciembre



I
Cruzar la línea huyendo del hambre y la enfermedad. Encontrarte al otro lado arraigándote a lo que eres: wajibaka, janoko, yuruma, moriche, chinchorro, warao. A veces la distancia hace conocerte mejor. ¿Cómo viven los warao en Pacaraima? Resistiendo el más insoportable de los despojos. Y así se sientan “como árbol caído”, “como que vamos a canalete”,  nadie puede quitarles la raíz fundamental, su cultura, su idioma.
Raíz. Curación. Madre.
Raíz de los que se adaptan en nuevos territorios. Raíz que integra y no desplaza. Raíz que se prepara para convivir. En eso andan algunos warao por allá en Brasil, ya Dios les mandó a Jesús, Felipe, Peggy para que los acompañen, ya les contaremos más, pero hace falta mayor solidaridad.


II
Estar en el territorio defendiendo lo que eres: pata-sek, ekey, tuna, tumá, wadaka, kako, pemón. Llenarse de contradicciones. Entender las razones. Discernir las razones. Continuar. ¿Cómo viven los pemón en Bolívar? Resistiendo. Y así las balas se escondan en las copas de los árboles, o el wiu wiu anuncie malas noticias, ellos dicen “no me mates”,  “yo soy pemón que significa gente y estos son mis derechos”.
El inevitable despertar de los pueblos saqueados. El territorio como elemento fundamental para enlazarnos con la madre tierra, la memoria colectiva, y la reproducción cultural de los pueblos indígenas.
Raíz. Curación. Madre.

III
Vivir en un país con esquizofrenia existencial. Un país donde a veces sientes que puedes volar, que estas conectado con el presente y soñando un poco con el futuro; para luego sentir que te roban la energía, que la vida no avanza, y se queda quieta hasta la pausa. Mirarte en un país donde debes dejar que las cosas te afecten, sí, pero que no te influyan. Recordar que cuando el alma se siente enferma hay que volver a la raíz, porque si dejas que la corten, morirás de tristeza y desánimo.
Siempre volver al principio, siempre volver a la casa y escuchar las piedras de los muros que dicen tu nombre
             
IV
            —Hija hay un desierto en Chile, se llama Atacama, donde ocurre un fenómeno muy extraño. Se llama el desierto florido. Ese sitio es el lugar más árido del planeta, pero nacen flores.
            —¿Dónde viste eso papá?
            —En un documental de futbol.

Comenzar a entender la curación en la primicia árida. Rechazar el dolor y el sufrimiento. “Hemos sido creados para la alegría”, nos dice el poeta Armando.
Diciembre migración, diciembre muerte, diciembre dolor de espalda, diciembre identidad, diciembre raíz, diciembre curación, diciembre nacimiento, diciembre Amazonía, diciembre indígena.
Diciembre 2018.
Bienvenido 2019: Año Internacional de las Lenguas Indígenas. (Más bien idioma, señores de la ONU)

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